» Alvago »»» Kiosquero copado en Plaza Italia
Como las oficinas de Arte al día se mudaron para la calle Thames, a partir del mes de marzo tengo que andar un poco más seguido por la zona de Plaza Italia. Hace exactamente una semana voy por primera vez y, al volver, me pasó algo muy gracioso y al mismo tiempo interesante, que no quería dejar de compartirlo.
Como lo hago casi todos los viernes a la tarde (ya es un clásico), me quería comprar un Speed. Vuelvo por Thames y, entre Charcas y Güemes, yendo para Plaza Italia, me encuentro con un kiosquito de mano derecha, al cual entro 2 pasos después que el pibe que venía caminando justo enfrente mío, en la misma vereda, pero en sentido contrario.
– Pibe: ¿Me das una Coca?
– Kiosquero: ¿Para tomar o para mascar?
El pibe no se lo esperaba. Se ríe, y yo también. Mientras él agarraba la Coca-Cola, yo ya estaba sacando un billete de $10 del bolsillo.
– Kiosquero: ¿Están juntos?
– Yo: No.
– Kiosquero (con tonito de gay loca): Pero podrían estarlo…
Vuelve a salir una doble sonrisa, ambos sin saber qué decir. Decidido a comprar lo que quería, me acerco a la otra heladera.
– Yo: ¿Te agarro una latita?
– Kiosquero: ¿La Tita o la Rhodesia?
Esta vez no fue risa, fue carcajada. Caminé 2 pasos para pagarle, le di los $10 mientras él me entregaba un billete de $5 al mismo momento, porque ya había observado que antes yo había sacado uno de $10.
Cuestión que tanto el desconocido como yo, en pocos segundos ya habíamos comprado lo nuestro y nos retiramos del kiosco, cada uno por su lado, pero los dos con una sonrisa en la cara. No sé el pibe, pero yo voy a volver a ese kiosco. El tipo me cayó muy bien. Y él sabe que sirve para eso.
No es mi idea dar cátedra sobre este tema porque creo que me falta mucho por aprender, pero sí con este post que habla de una situación totalmente real quiero demostrar que uno puede hacer las cosas mal o hacerlas bien. El kiosquero eligió hacerlas bien. El kiosquero quizás tuvo un mal día, pero yo, cliente, no lo noté. El kiosquero quizás hace esto 500 veces por día y seguramente sólo 5 le sonrían y otros 100 lo mandarán a la mierda. Es que el kiosquero probablemente lo tome como una forma de vida, no como un trabajo en el cual debe “comprar” al cliente.
No importa si sos kiosquero, si sos diseñador, si sos taxista, si sos empresario, si sos cadete, si sos músico, si sos periodista, si sos basurero, si sos el dueño, si sos empleado, si sos ama de casa, si sos cartonero o si sos presidente. Lo que importa es que hagas las cosas bien y le pongas garra y pasión a todo lo que hagas.
Para terminar, dejo un link a un post que leí hace poco en Internet y que me pareció muy interesante acerca de lo que comentaba en estos últimos 2 párrafos. Está muy bueno, no se lo pierdan.
Que tengan un buen viernes santo… Saludos, nos veremos en algún lado; si es un viernes, quizás en ese kiosco.
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